viernes, 15 de junio de 2007

Antonia Katz

Ni siquiera es posible apostar que el premio se otorgue a una mujer escritora en un rango de diez a veinte años. Ese período de tiempo transcurrió entre Mistral (‘51) y Brunet (’61) y menos esperanzador para Marcela Paz quien fue homenajeada veinte años más tarde. No creo sea azaroso el hecho de que de los adjudicados desde la creación de este Premio sean en su mayoría hombres. “¡Tan mal escriben mijitas!”, escucho decir al optimista ilustrado. Estadísticamente se puede comprobar que esta distinción no “es otorgada a quien haya consagrado su vida al ejercicio de las letras”, como reza su espíritu creador. Este Premio desde su creación ha sido controvertido y arriesgo a decir que cuando aumente el número de mujeres nominadas y eventualmente premiadas se levantará la misma polvareda. Por ahí vengo escuchando hace rato los nombres de Eltit o de Isabel Allende, pero siempre he sentido desconfianza de quienes tienen una fuerte presencia en las elites literarias, ya sea por cosas académicas o de marketing.No sabría a quién proponer en el ámbito del cuento o la novela, desconozco a quienes “la llevan” en temas de ensayo o teatro, pero si valoro el trabajo de grandes poetas que espero sean reconocidas a tiempo.Y dejo en el aire: ¿será acaso este también un problema de género?

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